Recetas de cocina italiana "Antipasti, sopas, pasta, arroz, carnes, pescados, postres"

Sinopsis
Franco y Giuliano Lombardo desernbarcaron en España cuando aquí todo lo que concacíamos de la gastronomía italiana eran las pizzas y las macarrones con carne picada. Había por entonces unas cuantas pizzerías pero casi ningún restaurante que nos sacara de nuestro engaño: que los italianós sóto comen pasta, que la pasta engorda y que sólo se prepara con salsa de tomate y no importa qué queso ralladó.Tramonti 1980 fue uno de los primeros restaurantes que acabó con este montón de tópicos y nos enseñó que nuestros primos italianos no son sólo creativas y elegantes diseñando zapatos sino también cocinando y comiendo. Han pasado casi tres décadas desde entonces, y aunque los restaurantes italianos han florecido camo setas entre el asfalto de nuestras calles, rnuchas españoles seguimos empecinados en escatimar etogios y posibilidades a la cacina del país vecina. En este Iibro, Franco y Giuliano Lombardo nos revelan con franqueza los secretos de algunos de los platos más clásicos de la carta de Tramonti 1980, una génesis de pfatos sencillos y mediterráneos que se preparan en su tierra natal, la Liguria, cocina que hermana con antiquísima sabiduría los sabores del mar y de la montaña y que se elabora con escasos y sabrosísimos ingredientes.Y nos cuentan también sin complejas la fórmula magistral de los platos que aprendieron de sus amigos y maestras: con, todas, recetas con historia, algunas olvidadas y ahora recuperadas, otras aprendidas y apropiadas, un puñado inventadas, imagiraadas, improvisadas, presentidas... Y por no esconder, los hermanos Lambardo nos regalan las recetas que harr escrito para ellos, al calor de su restaurante, algunos de sus más conocidos comensales, desde los escritores Quim Manzá y Mirius Carol, a los estilistas Lluís Llongueras e Iranzo. Navarro Arisa, periodista; Emili qrmengol, escultor; Enric Rovira, maestro pastelero: Como dedicatoria y homenaje, una joya de Manglio Lazzarüni; el Maesteo, con mayúscula, dé quien Franco aprendió un buen día los rudimentos y la filasofia de su arte.