Desde otro lugar

Sinopsis
(...) Al final, lo que quiero es reírme. Y ver en todo esto un cierto sentido del humor. Aunque busque por un lado la trascendencia, lo etéreo, y a la vez lo terreno. No pensar demasiado y reír. La única sabiduría es finalmente la risa. Vivir con risa. La risa la proporciona la distancia. El sentido del humor que viene con el tiempo es muy necesario para entender y es a lo que en el fondo aspiro. El placer intelectual tiene que producir risa, cierto sentido del humor. Reírse de uno mismo, después de todo el drama, de toda trascendencia. Es como aceptar que al final esto se acaba. Y no pasa nada. Esto aligera todo lo que me pasa, quizás para ver con más libertad o con más riesgo. Sin miedo, sin importar lo que pase. Esto me lo digo muchas veces cuando pinto.
(...) Es cierto que no soy ni más ni menos que un testigo, como se dice, de un tiempo, pero también es cierto que una puede cuestionar, cambiar su posición. Me pesa demasiado lo cotidiano y lo convencional. Sé donde está mi punto de partida, cual fue mi arranque, aunque la influencia de lo aprendido, de lo cultural es grande. A veces me siento como si no fuese realmente testigo de lo que sucede, como si lo que pasa fuese una historia de hace 15 años o 20. Lo vivo ahora, pero lo siento narrado como si fuera el pasado. No estoy segura de que lo que percibamos como real ocurra ahora.