Ciencia y filosofía "Ontología y objetividad científica"

Sinopsis
Sean cuales sean los resultados de las teorías científicas y las maneras como los interpretemos, los fenómenos a que nos refiramos serán siempre unidades irreductibles de significación, siendo tales unidades lo que llamamos entes -o entidades- y propiedades de entes. Ellas no son conceptos, sino el fundamento real de nuestros conceptos y razonamientos. Más que tener sentido, son sentido. Si la filosofía occidental empezó preguntándose por el Ser, es posible que en el futuro necesite preguntarse, con idéntica originariedad y radicalidad, por el Sentido. Pero sin abandonar la vieja cuestión del Ser, porque el sentido -raíz de la significación empírica- tiene una dimensión óntica, que es su unidad, razón de su reconocimiento y su diferenciación. Pero, como su unidad no es la unidad del concepto, es necesario pensar en qué consiste esa su unidad real y efectiva. En este libro se propone la idea filosófica de la unicidad metafísica, capaz de dar cuenta de esa unidad real de sentido. Cada ente es realmente único, no por sus aspectos singulares ni por ser individuo representante de un género, sino como realidad irreductible e inconfundible en su actuar. Y para su actuar se propone un nuevo uso filosófico del venerable verbo trascender. El ente realmente único trasciende como unidad de significación a otros entes, significándose ante ellos; pero no ante sí mismo, porque su trascender (actuar), que es sencillamente su existir, no trasciende a nada, ni nada lo trasciende, igual que la caída no cae ni la visión ve, ni nada cae hacia una caída ajena ni nadie ve una visión ajena. Ese puro trascender en que su existir consiste, que es pura comunicación y, por tanto, lo contrario de todo aislamiento monádico, es el fundamento real de nuestras clasificaciones -de nuestros conceptos.