ISABEL CLARA EUGENIA "Infanta de España y soberana de Flandes"

Sinopsis
Isabel Clara Eugenia, primogénita de Felipe II e Isabel de Valois, fue la hija predilecta del poderoso monarca español. Educada en la austera corte española e imbuida de unas firmes creencias religiosas, parecía ya desde pequeña destinada a desempeñar un importante papel en aquella Europa de fines del siglo XVI, caracterizada por una fuerte intolerancia. Ser mujer la privó de ceñir la corona española, que heredaría su hermano Felipe III, pero su inteligencia y dotes políticas la convirtieron en una ayuda inestimable para Felipe II en sus últimos años.
Su padre hubiera deseado para ella una corona real, pero terminó casándose con su primo el archiduque Alberto de Austria. Su dote fueron los Países Bajos, en los que se libraba por entonces una dura guerra entre un sur católico y fiel al rey, y un norte calvinista que se había declarado independiente. Isabel y Alberto se convirtieron en soberanos de un Estado propio, pero nunca lograron desprenderse de la tutela de España.
La firma de la tregua de los Doce Años, promovida por los archiduques, les granjeó la simpatía de todos sus súbditos y favoreció la recuperación económica y cultural de los territorios que configurarían lo que hoy es Bélgica. Por un lado, Isabel, con su amor al lujo, a las fiestas, a las cacerías y al arte, hizo que Bruselas se convirtiera en una brillante corte, de la que artistas de la talla de Jan Brueghel o Rubens dejaron constancia en sus obras; por otro, su política de recuperación del culto católico condujo al triunfo de la Contrarreforma en todos sus dominios. La ausencia de un heredero hizo que, tras la muerte de Alberto, los Países Bajos revirtieran a la Corona española, si bien ella continuó siendo gobernadora hasta el final de sus días.