A la carte

Sinopsis
Á la corte es no sólo un bello libro de cocina, es un gran libro de cocina. El tercero escrito por María Villegas, quien con los anteriores ya nos había acostumbrado a sus espléndidos recetarios, en los que aúna sus profundos conocimientos del arte culinario con una versátil imaginación, logrando diseñar platos de una finura incomparable, a partir de peculiares y exóticas, sugestivas y discretas combinaciones de sabor, color, textura y aroma.
De tendencia minimalista en todos sus componentes, este libro reúne las exigencias de calidad, frescura, facilidad, rapidez, variedad, exotismo y sofisticación que reclama el ocupado individuo del mundo actual para poder disfrutar tanto del arte de la culinaria en sí como de su inmediato resultado: platos delicados y suculentos que no impongan demandas innecesarias sobre el tiempo, las destrezas y el bolsillo de sus ejecutantes.
Este paseo gastronómico y visual por la muy exclusiva selección de recetas de la autora, incluyendo aquellos secretos y tips que allanan el camino a una preparación sin sobresaltos, se realiza a lo largo de quince secciones -entradas, ensaladas, sopas, pastas, pescados y frutos del mar, papas, carnes, arroces, pollos, salsas, postres con frutas, postres con chocolate, y delicados bocadillos para el té-, cada una con un máximo de siete u ocho fórmulas.
Pero, tal vez, lo que le confiere ese tono tan especial que distingue a este libro de tantos otros, es que él constituye la realización de un sueño. De una ilusión acariciada durante mucho tiempo por dos artistas: la autora de las recetas y la fotógrafa que logró capturar con su lente la magia de los platos.
Dentro de los parámetros del más refinado buen gusto, las impecables imágenes de Claudio Uribe Touri, quien también rubrica esta fecunda aventura compartida, nos abren las puertas a la buena cocina de María Villegas, a través de una moderna, fresca y ágil interpretación.
Este es un libro para un público alerta, para un público dispuesto a deponer prejuicios y rendirse de lleno ante la buena mesa.