Jóvenes resilientes en contextos socioeducativos adversos

Sinopsis
La resiliencia educativa es un campo de estudio relevante para detectar debilidades de un sistema escolar poco inclusivo y desvelar alternativas a su funcionamiento.
Desarrollar la resiliencia educativa desde edades tempranas contribuye a apuntalar el futuro de las personas. El abandono escolar prematuro es un problema político y social no resuelto. Nacer en un país pobre, en una familia con escasos recursos, pertenecer a una etnia o, simplemente, quedar al margen del sistema escolar es presagio de una experiencia de fracaso educativo en la trayectoria de niños y jóvenes. Sin embargo, en algunos casos la adversidad puede actuar como un resorte para que las personas descubran y desarrollen todo su potencial.
La resiliencia educativa activa la capacidad de las personas para transformar su vida y su entorno. Más allá de la perseverancia individual, es una cualidad comunitaria adquirida en la interacción con otras personas relevantes y contextos institucionales adecuados.
La investigación existente se ha centrado en los factores de riesgo y prevención del abandono escolar; sin embargo, conocemos relativamente poco sobre las experiencias y contextos de los adolescentes que, habiendo abandonado sus estudios, logran retomar su formación y reengancharse social y laboralmente. Este libro, fruto de una investigación financiada por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, recoge varios estudios de caso que describen y analizan las trayectorias resilientes de jóvenes en riesgo de exclusión. Su lectura servirá a formadores y familias a comprender mejor los procesos de resiliencia educativa, el significado que tiene para los jóvenes la vivencia del fracaso y el papel clave que ejercen los agentes y programas formativos de ámbito no formal en su tránsito hacia un mayor empoderamiento, como antídoto frente al determinismo social.
La resiliencia educativa es un campo de estudio relevante para detectar debilidades de un sistema escolar poco inclusivo y desvelar alternativas a su funcionamiento. Desarrollar la resiliencia educativa desde edades tempranas contribuye a apuntalar el futuro de las personas.