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Sinopsis
Si ya existían pocas dudas al respecto, 2014 las ha disipado todas. La Gran Guerra ha sido, sigue siendo y sin duda será uno de los hitos más abordados por la historiografía contemporaneísta, y los debates alrededor de su centenario no han hecho sino reforzar esa tendencia. No en vano, 1914 supone la última y más lejana frontera del contemporaneísmo más cercano al tiempo presente, y además es un jalón ineludible para el estudio de los grandes procesos históricos del siglo XX: de la revolución a la contrarrevolución, del fascismo al antifascismo, de los campos de concentración a las guerras civiles globales, de la descolonización a las guerras y posguerras frías. Todavía hoy, como en el último cuarto de siglo, dramáticos acontecimientos en el continente europeo hunden sus raíces últimas en la gran convulsión de 1914-1918 y en el legado que dejó a los supervivientes.
El alcance global de aquella guerra se deja sentir no solo en la labor desarrollada durante décadas por historiadores de una gran cantidad de países de dentro y de fuera de Europa, sino también en el impacto que, ya mientras acontecía, la contienda generó en el terreno de la cultura, lo simbólico y las representaciones colectivas de las sociedades europeas y de otros muchos lugares del planeta. Los casi cinco años de atroz carnicería humana han dejado un rastro impresionante de obras maestras de la literatura, la pintura, la fotografía y el cine, por no alargar la lista, que llega hasta nuestro días. Miles de imágenes fotográficas, muchas de ellas en un color estremecedor, nos permiten aproximarnos al corazón de las tinieblas de la lucha en los frentes. Unas tinieblas que luego alumbrarían las pesadillas que pueblan la extraordinaria obra de excombatientes como Max Beckmann, Otto Dix o George Grosz, lúcidos testigos en una República de Weimar nacida de la guerra y atravesada por las tensiones que la contienda había creado y que no había resuelto.
Obras imperecederas como La Gran Ilusión (Jean Renoir, 1937), Senderos de Gloria (Stanley Kubrik, 1957), Rey y Patria (Joseph Losey, 1964) o Johnny cogió su fusil (Dalton Trumbo, 1971) han lanzado incontestables alegatos contra la sinrazón de la guerra y contra los motivos espurios de quienes las desencadenan y las conducen. Algunos de quienes combatieron en las trincheras dejaron constancia de su experiencia en obras que atraviesan el tiempo manteniendo su demoledor mensaje antibelicista (Robert Graves y su Adiós a todo esto, 1929; Erich Maria Remarque y su Sin novedad en el frente, 1929; Gabriel Chevalier y su El miedo, 1930) o estremeciéndonos con su obscena exaltación del combate y su estetización de la guerra, interpretada como momento de creación, de regeneración, de nacimiento de un nuevo mundo, a la manera en que lo hace Ernst Jünger en su Tempestades de acero (1920). Ese hilo creador no se ha roto en todo un siglo que separa el estallido de la guerra del momento en que se escriben estas líneas. La Gran Guerra continúa inspirando obras literarias de gran altura, como la inquietante Almas grises (Philippe Claudel, 2003) o la magistral 14, de Jean Echenoz (2012), sin olvidar, en otro registro, el de la novela gráfica, el Puta guerra, de Jacques Tardi (2008-2009).
Un acontecimiento generador de esta densidad creativa en las artes y en las letras no podía dejar de ser objeto de atención preferente por parte de los historiadores. Y, en efecto, la historiografía sobre la Primera Guerra mundial es producción si no imposible, sí extremadamente difícil de cuantificar: entre libros y artículos científicos, sumaban ya más de 25.000 las publicaciones a principios de los años noventa del siglo pasado; sólo entre septiembre y octubre de 2013 se sumaron unos 500 libros más . Se encuentra, pues, entre las temáticas más ricas, exploradas y debatidas de la historia mundial. Posiblemente, el primado historiográfico de la Primera Guerra Mundial solamente pueda ser cuestionado, y no es casual que así sea, por la Segunda.
Biografía del autor:
Javier Rodrigo es investigador Ramón y Cajal adscrito al Grup d'Estudis República
i Democràcia de la Universitat Autònoma de Barcelona, donde enseña
historia contemporánea. Doctor por el Instituto Universitario Europeo de Florencia,
sus líneas de investigación abarcan la historia de la guerra y la violencia,
las guerras civiles, los sistemas concentracionarios y el fascismo, todo ello en
perspectiva comparada. Ha publicado cinco libros como autor único (el más reciente
Cruzada, Paz, Memoria. La Guerra Civil en sus relatos, 2013) y cuatro como
editor o coeditor, entre los cuales el precedente inmediato de este libro: Culturas
y políticas de la violencia. España siglo XX (2005).
Editorial EDITORIAL COMARES
Fecha publicación 19-12-2014
Edición : 1
Número de páginas : 296
ISBN : 978-84-9045-230-1
Tamaño: 170 x 240