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Sinopsis
Uno de los aspectos menos estudiados de la Guerra Civil lo constituye la evacuación de la ciudad de Teruel tras la conquista republicana que tuvo lugar a finales de 1937. Menos estudiados, pero no desconocidos, porque es frecuente que quienes se refieren a ella y a la posterior reconquista por las tropas franquistas, hagan alguna referencia (de pasada y sin mayor profundidad) a su evacuación. En el campo rebelde, solo se admitió la pérdida del Seminario (su último reducto defensivo), pero se evitó hablar de caída de la ciudad. Por el contrario, la República presentó la conquista de esta como una de sus acciones militares más importantes, ya que fue la única capital de provincia conquistada en el transcurso de la guerra. Desde que las tropas llegaron a los arrabales de la ciudad, los periódicos republicanos anunciaron que habían entrado en Teruel. Y cuando se produjo la evacuación, muchos periódicos hablaron de ella. Los numerosos libros publicados sobre la guerra apenas recogen noticias sobre la evacuación, salvo la del obispo Anselmo Polanco, pero de la lectura de estas narraciones no puede deducirse que la evacuación afectase más que a un pequeño grupo de personas destacadas. Solo desde los años setenta comenzaron a publicarse algunos testimonios, que ahora se recuperan y completan con abundante información, que procede fundamentalmente de fuentes periodísticas. El gobierno de la República diseñó desde el primer momento la evacuación como el acompañamiento imprescindible de la conquista de la ciudad. La evacuación tenía indudables ventajas para la posterior defensa de la misma. Permitía vaciarla de enemigos (reales y potenciales) y facilitaba las operaciones de abastecimiento. Pero la extraordinaria atención con la que fueron tratados no sólo los evacuados, sino también los prisioneros, obliga a pensar que había algo más: una calculada operación de propaganda. Las palabras del obispo ( Tengo sumo gusto en testificar que desde mi evacuación del Seminario de Teruel, hasta mi llegada a la estación de Rubielos de Mora, se me han guardado toda clase de consideraciones y que de corazón agradezco ) recorrieron el mundo y, según sus biógrafos, eran reales. En total, fueron evacuadas doce mil personas. Muchas fueron llevadas a las prisiones de Mora de Rubielos y San Miguel de los Reyes, mientras que otras (sobre todo ancianos, mujeres y niños) fueron trasladadas a Segorbe y Valencia, desde donde se dispersaron por toda la Península. Este libro estudia su odisea.
Biografía del autor:
Editorial EDITORIAL COMUNITER, S.L.
Fecha publicación 01-03-2014
Edición : 1
Número de páginas : 273
ISBN : 978-84-15126-58-4
Colección: | ES UN DECIR
Encuadernación: RUSTICA (TAPA BLANDA)
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