Cluny "Iglesia, poder y otras creencias"

Sinopsis
A hombros de estos y otros hombres, de sus aciertos y equivocaciones, productos de su ambición, sin la cual la vida humana permanecería inerte, hemos llegado a nuestros días; conseguir que alguno de mis hipotéticos lectores se pregunte cómo hemos llegado aquí es mi mayor objetivo y si lo consigo con uno solo de ellos, será mi mayor satisfacción.

Llegado aquí debo personalizar alguna opinión relacionada con los asuntos que les contaré. Creo que la religión es algo connatural al hombre, independiente de la forma que en cada caso y época tenga esa religión. Para mí, esa forma se traduce en la creencia en Dios. Quizá no sepa definir su existencia, pero no debe estar lejos de ser un Todo que está dentro y regula el Cosmos desde su principio. ¿Pandeísmo? Dios no es para mí, al pie de la letra, el dios judeo-cristiano, y menos aún el del Islam u otro todavía más lejos culturalmente hablando, algo personal que debe resolver mis problemas, ¡qué más quisiera! Sin embargo, siento un enorme respeto por la religión cristiana y me considero culturalmente heredero de ella. Creo que, con todas las vicisitudes conocidas y las que no conocemos, España es Europa y ambas herederas directas de Grecia y Roma, después de luchas, pestes, invasiones, hambrunas y demás avatares históricos. Creo que el cristianismo ha sido el eje sobre el que han cabalgado, reformados o no, todas las naciones de la Europa Occidental, y por tanto España. Como la escusa para esta incursión en el campo de la escritura es Cluny y el Camino de Santiago, considero aclarada para el lector mi posición de partida.