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En defensa de los ociosos

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En defensa de los ociosos

Sinopsis
Este breve y poco conocido ensayo de Robert Louis Stevenson es un pequeño canto a la vida. Una pequeña lección de ética en el mejor de los sentidos. El genial autor de La isla del Tesoro, de El Dr. Jekyll y Mr. Hyde y tantos otros relatos incomparables desvela aquí los ingredientes esenciales de su visión de la vida. Su amor por la lectura y por la naturaleza está contado con su habitual talento e ironía, y acaso con un punto de cinismo. Stevenson, lector impenitente, recomienda la lectura, pero antepone la vida a los libros; elogia la diligencia, pero se ensaña con aquellos que sólo se ocupan en ser diligentes y resultan secos, rancios y dispépticos en las mejores y más brillantes etapas de la vida . Y nos recuerda que No hay deber que infravaloremos más que el deber de ser felices. Siendo felices, vamos sembrando por el mundo anónimos beneficios, que nos son desconocidos incluso a nosotros mismos y que, cuando eclosionan, a nadie sorprenden más que al benefactor .

Una pequeña lección de ética en el mejor sentido

Biografía del autor:

<P <B Robert Louis Stevenson</B (1850-1894) nació en Escocia. Su natural enfermizo propició una infancia dedicada a la lectura y la invención de historias. Hijo y nieto de constructores de faros, estudió derecho en la Universidad de Edimburgo. A partir de los veintiséis años, empezó a viajar en busca de climas más benignos para su tuberculosis. Se casó con una mujer mayor que él, Fanny Osbourne, divorciada y con hijos. Entre sus libros más célebres hay que citar el inmortal <I La isla del tesoro</I (1881), <I La Flecha Negra</I (1883), <I El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde</I (1886), <I El señor de Ballantrae</I (1889) o <I Noches en la isla</I (1893). También fue autor de sencillos y memorables versos. Pasó los últimos años de su breve vida navegando por el Pacífico Sur, hasta que recaló en Upolu, una de las islas Samoa, donde se construyó una casa en la que, a los cuarenta y cuatro años, murió de un ataque cerebral. Los aborígenes de la isla, que le habían bautizado con el nombre vernáculo de Tusitala ( Cuentacuentos ), velaron su cuerpo durante toda la noche. Está enterrado en el monte Vaea, frente al mar.</P

Editorial GADIR EDITORIAL

Fecha publicación 01-09-2009

Edición : 1

Número de páginas : 48

ISBN : 978-84-96974-32-6

Colección: | PEQUEÑA BIBLIOTECA

Encuadernación: RUSTICA (TAPA BLANDA)

Tamaño:  0 x 0

Idioma: Castellano