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Sinopsis
Los diarios de desintoxicación del genial Jean Cocteau.
Los diarios del autor durante el proceso de desintoxicación de la adicción al opio que sufrió durante un tiempo, desde la muerte de su compañero Raymond Radiguet en 1923 hasta el fi nal de sus días. Durante sus convalecencias en el sanatorio, Cocteau nunca dejó de escribir y dibujar, y sus particulares interpretaciones y críticas dieron lugar a este extraño y genial testimonio. Escribir es, para mí, lo mismo que dibujar: anudar las líneas de tal suerte que se transformen en escritura, o desanudarlas de tal suerte que la escritura devenga dibujo.
A los comentarios sobre la literatura que nutren el libro se añaden críticas de cine, poesía, arte... Y todo ello bajo la punzante presencia del opio. Todo lo que uno hace en la vida, y lo mismo en el amor, se hace a bordo del tren expreso que rueda hacia la muerte. Fumar opio es abandonar el tren en marcha; es ocuparse en otra cosa que no es la vida ni la muerte.
De este modo Jean Cocteau se adentra en la gran tradición de los poetas visionarios: de Quincey, Baudelaire y, sobre todo, Rimbaud.
Biografía del autor:
Poeta, novelista, dramaturgo, diseñador, autor de libretos y director de cine francés, cuya versatilidad, falta de convencionalismo y enorme producción le proporcionaron fama internacional. Estuvo asociado con el movimiento surrealista y su obra ejerció gran influencia en la de otros muchos escritores. Cocteau nació el 5 de julio de 1889, en Maisons-Laffitte, cerca de París. Consentido por su madre (su padre se suicidó en 1898), fue mal estudiante, y su falta de interés eclipsó su talento. Abandonó la escuela y fue a París. A los dieciséis años, Cocteau conoció al actor Édouard de Max, que le lanzó como poeta. Max invitó a un grupo de personas selectas que asistió a una lectura de poemas de Cocteau el 4 de abril de 1908. Su primer libro de poemas, La lámpara de Aladino, apareció en 1909 y rápidamente le situó como un escritor importante. Cuando los Ballets Russes se establecieron en París, en 1909, su gran empresario Sergei Diáguilev entró a formar parte del círculo de Cocteau e hizo que el poeta participara en el teatro. Cuando Cocteau le expresó su deseo de crear ballets, Diáguilev le desafió: Sorpréndeme . Diáguilev dirigió libretos de ballet de Cocteau: Parade (1917, con música del compositor francés Erik Satie) y Le Boeuf sur le toit (El buey en el tejado, 1920, con música del compositor francés Darius Milhaud). Durante la I Guerra Mundial Cocteau sirvió en la Cruz Roja como conductor de ambulancias. Durante ese mismo periodo conoció a Guillaume Apollinaire, Pablo Picasso, Amedeo Modigliani, y muchos otros escritores y artistas con los que colaboraría más tarde o que influirían en su vida. En 1923, Cocteau consumió opio, una experiencia que describió en Opio (1923), y que le obligó a pasar un periodo de recuperación en un sanatorio. Durante este tiempo escribió algunas de sus obras más importantes: Orfeo (1927 ) y La máquina infernal (1934), la novela Los muchachos terribles (1929) y su primera película, La sangre de un poeta (1930). Las películas de Cocteau, en su mayoría escritas y dirigidas por él, fueron especialmente importantes en la introducción del surrealismo en el cine francés. Varias de ellas, especialmente La bella y la bestia (1945), Orfeo (1950) y Los muchachos terribles (1929), han llegado a ser consideradas clásicas del cine moderno . A pesar de sus éxitos en prácticamente todos los campos artísticos, Cocteau insistió en que era ante todo un poeta y que todas sus obras eran poesía. Murió en Milly-la-Fôret, cerca de Fontainebleau, el 11 de octubre de 1963.
Editorial BACKLIST (PLANETA)
Fecha publicación 01-10-2009
Edición : 1
Número de páginas : 193
ISBN : 978-84-08-08869-1
Prologuista: VIDAL-FOLCH, Ignacio
Encuadernación: RUSTICA (TAPA BLANDA)
Tamaño: 15 x 23
Idioma: Castellano