Adaptación

Sinopsis
Felízmente instalado en la encrucijada intermediática del nuevo milenio, el espectador contemporáneo sabe que, hoy por hoy, las historias más emocionantes pueden manifestarse en casi cualquier sitio. Acostumbrado a saltar de un medio a otro con la libertad del que se sabe no sujeto a compromiso ontológico alguno, el espectador contemporáneo sigue el rastro de las ficciones de calidad hasta dar con ellas. Y lo mismo le da que éstas se encuentren en una película clásica o en una de culto, en un best seller o en una antología de cuentos, en una obra de teatro o en un cómic de autor, en una serie norteamericana o en un videojuego japonés, en las noticias de la tele o en un documental histórico, en el videoclub de la esquina o colgadas en YouTube. Al final, lo realmente importante es que todos estos canales, soportes, formatos, contenedores o como demonios queramos llamarlos, están condenados a entenderse, a (con)fundirse, a complementarse, a interactuar entre sí e incluso a encontrar, por la vía de la adaptación, intermediáticos puntos de encuentro, colaboración y explotación al más puro estilo I+D+i. Y eso es algo a lo que todos aquellos que se dedican a la creación de contenidos audiovisuales, desde el más humilde de los guionistas hasta el más exitoso de los productores, no deberían perder de vista.