II Guerra Mundial en cómic, La

Sinopsis
El viejo dicho de que una imagen vale más que mil palabras no ha sido nunca tan cierto como cuando se aplica a las viñetas hechas durante la II Guerra Mundial. Funcionando como una especie de taquigrafía pictórica, con unos cuantos trazos de pluma se lograba concentrar los grandes dramas de la guerra, algo imposible en prosa. En tiras cómicas, comentarios gráficos en revistas como Punch o Liliput, en caricaturas sangrientas de aliados y enemigos o en la crónica diaria de los hechos en su país o en el extranjero, poco se escapaba a la plumilla de los dibujantes.
Durante el blitz (los bombardeos) de Londres, el orgullo británico fue decididamente mantenido por los dibujos absurdos del hombrecillo de Strube que criaba calabacines y la encendida indignación del coronel Blimp de Low. Los carteles del metro, los dibujos de bolsillo de Lancaster, los dibujos singulares de Pont y la obra de Vicky tenían una inmediatez que no ha sido afectada por el paso del tiempo. Giles, Searle, Illingworth, Zec y muchos otros retrataron la dura realidad y los aspectos humorísticos del conflicto para los lectores del Imperio Británico, mientras que al otro lado del Atlántico, un público entendido elogiaba unas veces y criticaba otras a los artistas del New Yorker y los grandes diarios americanos, desde Peter Arno a Arthur Szyk y de Saul Steinberg a Daniel Fitzpatrick. Entretanto, el Krokodil creaba su propia marca de humor y sátira soviéticos y las viñetas fueron una parte importante de los movimientos de resistencia en todos los países ocupados. La visión de la guerra de las potencias del Eje -después de todo, las mayores derrotas de los aliados fueron sus mejores victorias y viceversa- se ha glosado después con frecuencia en relatos gráficos. Pero en Alemania, Italia, Japón y otros lugares, entre 1935 y 1939 había muchísimo talento, extraído de publicaciones de antes de la guerra tan soberbias como Simplicissimus. También se incluyen trabajos de dibujantes de la Francia de Vichy, la Holanda nazi y otros regímenes colaboracionistas.