Cruzadas, Las

Sinopsis
Desde finales del siglo XI y hasta la segunda mitad del siglo XIII la historia europea estuvo marcada por las Cruzadas, campañas político-religiosas emprendidas en Occidente con la intención de recuperar los lugares sagrados del cristianismo.
Para poder comprender hoy día su origen y significado, no tenemos más remedio que trasladarnos al escenario de la Edad Media: La modernización de la agricultura produce las migraciones de individuos a las ciudades, que se convierten, a su vez, en centros artesanales y comerciales. El asentamiento en ellas de los dirigentes de la sociedad atrae a mercaderes internacionales que ofrecen a sus clientes artículos de lujo llegados de Oriente. Este tipo de comercio, controlado fundamentalmente por las ciudades italianas de Génova y Venecia, y la intención de mantener o conseguir enclaves comerciales en Oriente, unido a la intencionalidad de recuperar los lugares sagrados dio un gran impuso al desarrollo de las Cruzadas. Los cruzados, ademas, obtenían beneficios al participar en las campañas, ya fuesen bulas, tierras o privilegios. Todo ello, unido a la religiosidad medieval, al afan de aventura y al poder de los papas, fue lo que constituyó el móvil de las Cruzadas.
Bajo el signo de las Cruzadas subyace un entramado, socio-político y religioso así como una evolución, pues nada tiene que ver la primera Cruzada predicada en 1095 por el papa Urbano II con la última.
n la estela de las Cruzadas surgieron las órdenes Militares, nacidas para proteger y ayudar a los peregrinos, como la Orden del Temple, de Santiago, de Calatrava... Aunque las Cruzadas no tuvieran en sus orígenes móviles comerciales ni pretendiesen ampliar los conocimientos de Occidente, su realización creó nuevas rutas que pusieron en contacto Occidente con el mundo árabe, indio y chino, tanto desde el punto de vista del comercio como de la cultura. Los cronistas de la época tuvieron el terreno abonado para describir, criticar o magnificar el convulso movimiento de las Cruzadas.