Tapices de Isabel la Católica

Sinopsis
Los más de trescientos paños que reunió Isabel la Católica reflejaban fielmente el gusto de las cortes medievales por los tapices como objetos de carácter suntuario y devocional. Sus cualidades intrínsecas, térmicas y textiles, les conferían una movilidad y adaptabilidad espacial adecuadas a las necesidades de las cortes itinerantes. El ceremonial cortesano de los Reyes Católicos no difería a este respecto del de la corte borgoñona. Así, el despliegue de la magnífica colección de tapices flamen cos, formada por los duques de Borgoña a lo largo del siglo XV, efectuado en Toledo por Felipe el Hermoso en 1502 no logró deslumbrar a Fernando e Isabel el día que como anfitriones le permitieron servir la mesa al modo borgoñón. Aquella rique za textil era equivalente al esplendor áulico de los tapices con servados en el Alcázar de Segovia y al desplegado en ciudades como Burgos, Toledo, Sigüenza o Zaragoza, escalas de Felipe y Juana durante su primer viaje a España. Regidores, comer ciantes, nobles y prelados confiaban en los paños para alhajar y entapizar sus calles, iglesias y palacios, trasformándolos en alojamiento y escenario idóneos para las entradas de los monar cas y otras ceremonias.
Aquel magnífico conjunto, en parte heredado por Isabel y enri quecido gracias a las compras que ella realizó entre 1498 y 1503, se incrementó después con los encargos realizados por su hija Juana y su nuera Margarita a las manufacturas bruselenses de Pierre van Aelst y Pierre Pannemaker, autores de obras maes tras del primer Renacimiento flamenco. Del conjunto original de Isabel sólo han permanecido vinculados a la colección real tres tapices, el tríptico del Nacimiento, la Misa de San Grego rio y un fragmento del Árbol de Jesé, recientemente incorporado al Patrimonio Nacional.
La venta de los bienes de Isabel en la almoneda de Toro supuso la dispersión de sus tapices y su casi total desaparición. Unos pocos paños procedentes del comercio de arte, catalogados en museos europeos y norteamericanos como posibles supervivientes de aquel tesoro, nos desvelan la calidad y el valor de una colección formada por piezas excepcionales de la producción flamenca meridional de fines del siglo XV y principios del XVI. Tras estudiarse la historia de esa extraordinaria colección junto con sus aspectos técnicos y formales, este libro se completa con un catálogo de las piezas que lo componen. La autora es Con servadora de Tapices del Patrimonio Nacional.