Navarra: memoria política e identidad

Sinopsis
La Navarra actual constituye para unos la auténtica y verdadera Navarra; para otros, no es más que lo poco que queda de una gran Navarra por recuperar. La identidad es una, pero evoluciona por sus propios procesos de identificación, de asimilación y de rechazos selectivos, y se va transformando a lo largo de la historia.
La identidad se sustenta en la idea que una sociedad se hace de sí misma y, en esa imagen construida, la memoria de la historia juega un papel esencial. La misma trayectoria histórica de Navarra hace que el imaginario navarrista sea sustancialmente histórico. Aparte de Moret (el padre de la historia y de la identidad en Navarra), los historiadores se han hecho presentes en los momentos decisivos para conformar el sentimiento de identidad navarro, desde la crisis foral del primer tercio del siglo XIX a la Transición democrática.
El propósito de este libro es explorar las relaciones entre memoria, política e identidad en Navarra. No se puede obviar que, a través del relato histórico, el historiador ejerce una evidente función política: define metas, aúna voluntades, persuade, presiona, organiza el tiempo; interpreta en suma el pasado con vistas a definir el futuro. La historia es indudablemente una herramienta política, no siempre utilizada de la misma manera ni con igual fortuna. La historia, como la política, puede reducirse a la dialéctica amigo-enemigo; pero el historiador coincide con el político en algo esencial: la producción colectiva de sentido. Desde esta perspectiva se entiende que no existan identidades inmutables. El caso de Navarra no ha sido ni tiene por qué ser una excepción.