Mahoma "Profeta y espada del Islam"

Sinopsis
Según las antiguas leyendas de Arabia, en el "año del elefante" nacía un niño en la ciudad de La Meca, la ciudad-santuario que albergaba la "piedra negra", el regalo de Dios a Abrahán. Aquel niño pertenecía a la tribu de los "quraysh" o coreichitas y, dentro de ella, al clan o familia de los hachemitas. Hijo póstumo, su madre y su abuelo fallecieron cuando él era un niño pequeño; fue recogido entonces por su tío, Abú Talib. Con él creció, con él aprendió a tratar con mercaderes y fue creciendo al par que aprendía a ser camellero, nómada, mercader y traficante de todo tipo de géneros que proporcionasen ganancia. Casó con una rica viuda, empresaria de comercio, y se hizo rico y vivió como un burgués respetable.
Según sus seguidores, en aquel momento la revelación de Allah bajó sobre él y transformó su vida: se dio a la oración y a la meditación. Pero cometió un error: en una sociedad politeísta como La Meca, que obtenía grandes ganancias de los beduinos y habitantes de toda Arabia que iban a adorar allí a sus dioses tribales, Mahoma predicó el monoteísmo: sólo había un Dios, Allah, el cual abominaba a los ídolos. Por esto su familia, su tribu y todas las gentes de su ciudad le rechazaron primero, le insultaron y vejaron después, y luego le condenaron a muerte.
Entonces huyó a Medina, donde se convirtió en el dirigente de aquella ciudad, a la que enriqueció con el producto de los asaltos a las caravanas. Luego tomó La Meca y después toda Arabia. El antiguo camellero, convertido en "profeta de Allah", se reveló un gran dirigente, un buen estratega militar y una eficaz "espada". La expansión del Islam que siguió a los pocos años de su muerte difundió su doctrina y su forma primitiva de sociedad hasta España por el Oeste y hasta la India por el Este.
Sólo conociendo el pasado del Islam y el contenido de su doctrina podremos entender su presente actual y plantearnos adecuadamente las incógnitas que hoy plantea al mundo occidental.